martes, 20 de septiembre de 2011

Ore d'amore: MIKE PATTON / MONDO CANE en Argentina


Ore d’Amore
Mike Patton- Mondo Cane en Argentina

Frase del concierto: “Olé, olé, olé, oléeee, Patón, Patón!”
Frase rescatable del público femenino: “Yo no me quería casar, posta que no. Ahora sí. Con Mike, pero me quiero casar.”
Frase rescatable del público masculino (esperando afuera): “El otro día escuchaba Faith No More y flasheé que Mike me cantaba al oído. Quedé al palo mal, boludo. Decí que tenía a mi novia a mano, ¿no?”
Momento épico: Patton tomando mate en el escenario para los bises, con todo el público haciéndole “We’re not worthy” en el escenario.
                       

Mike Patton es Dios. Todo lo que diga a continuación sencillamente servirá para reafirmar su eminencia sobre nosotros, pobres mortales.  Es que el término “Épico”, con el que definiríamos su época Faith No More, hitazo de The Real Thing ya le queda pequeño. Así que “Dios” será.

Los albores de las ocho de la noche del sábado 17 de septiembre se desintegraban en los vahos de las finas hierbas que ciertos indigentes volatilizaban a humo frente al teatro. La ansiedad masticaba las uñas de la muy digna concurrencia que se reunía en la puerta del Coliseo, el tarareo en italiano imperaba entre sombreros mafiosos, trajes de rayitas alla Don Vito (Milagro Nº1 del poder patonés: cambiar los colores y vestuarios de un recital tildado de rockero), y las siempre detonadísimas remeras de Mr. Bungle, FNM, Fantômas y Tomahawk. La manada de locos lindos se conglomeraba en el Teatro Coliseo, monstruo localizado en el epicentro del tornado porteño que es el microcentro, esperando escuchar a esa germinación que nació en el segundo lustro del 2000. Un Patton enamorado de la tierra, la lengua (y de una) italiana aprendería el idioma para grabar en un disco doble los grandes hits de la canzone italiana, la piu bella música de los ’50 y ’60 con un acento que inicialmente dolía a los avezados con los ronroneos de la mamma Italia y que luego se suavizaría a fuerza de práctica.

Fue un módico retraso de media hora, pero bastó para agitar a un público ya de entrada ansioso una vez que estaba cada quien en su butaca. Flotaban, pues, a través de los tres pisos los “Maaaaaik, te amo!” y el siempre clásico “Viva Perón!”. Cuando la cortina subió, descubriendo a un pequeño ejército de veinticuatro músicos y a un Patton de trajecito de rayas, pelo engominado, cadena de oro y mucha mucha facha el griterío/emoción/lágrimas no se hizo de rogar. Las elevaciones espirituales que puede llegar a implicar ver a Mondo Cane en vivo resulta en la evidencia Nº2 de la diosedad de Patton. El setlist conformaría 22 motivos más por las cuales adorar al ecléctico cantante.

Conducida por Ezequiel “Cheche” Alara, la orquesta mixta (a veces dirigida por su Mismísima Deidad) conformada por un ejército de veinticuatro músicos que oscilaban entre los violines y las laptops, los sesionistas como Trevor Dunn (épico –a él sí le cabe el término- bajista de Mr. Bungle y Fantômas) convivían con thermins (ejecutado por el místico Vincenzo Vasi, una especie de misterioso Rick Wakeman escondido en la sección instrumental de “demases”). En definitiva, un paraíso. Si bien Roy Paci, el demoledor trompetista que daría una impronta absolutamente propia a Mondo Cane, era un hueco difícil de llenar, los coqueteos del Dios sumados a los vientos de Enrico Gabrielli surtieron un efecto calmante sobre la ausencia.

Éxtasis, frenetismo, Patton agachándose, visceralidad, Patton parándose, siendo un tornado de la danza, Patton volviéndose a agachar, beatboxeando a diestra y siniestra, encarando movimientos increíbles a lo Rita Pavone, gritos propios de un reci de Children of Bodom, la amplitud hecha cuerda vocal, guitarritas de cancioncillas de cuna, mini headbangeo, baile popero, cabalgatas, amor puro, acento italiano perfecto, ME-GÁ-FO-NO, Ennio Morricone y MUCHA baba se suman a los motivos que endiosan al cantante en eterna metamorfosis. Del arrojo del “Ragazzi!” de “Che Note!” a la dulzura doliente del violín de “Quello che conta” (inmediatamente después, claro), el showman encaró con único talento las transformaciones que exigía a su herramienta. El epítome de la esquizofrenia: “Urlo Negro”, ese track siniestro y agresivo que transita los gritos más desgarradores a la melodía más popera. Bramidos hacen el amor con el escupitajo en el piso en uno de los pocos temas que escapan la versión original y en el que Mike hace valer su creatividad y furia. “Scalinatella” derretía corazones a los que “Storia d’ amore” hacía RCP.

Urdir lo etéreo, maquinar el mismísimo infierno: Patton crea el paraíso con su locamente hermosa voz mientras tomaba mate amargo en los bises con “Una Sigarretta” es quizá lo que más Dios lo vuelve. Si bien la inserción de la bombilla y la yerba fue de dudoso gusto, su magnetismo maravilloso hacía que el mate pasara a segundo plano. Es que un hombre que bate tormentas con los ojos y descose almas con la voz difícilmente pueda no ser Dios… El público, alucinado, salió al frío de la noche de septiembre, chupándoles un uovo que la temperatura hubiera caído Dios (Patton) sabe cuántos grados. El éxtasis hace que olvides el frío…

Esperando una hora y media en el frío, la incertidumbre, el viento y extrañando a mi mamá, esperé a Dios, escuchando “Midlife Crisis” una y otra y otra y otra vez… Sí, hoy tengo fiebre y me siento para el cazzo pero vi al il signiore Patton alejándose en un auto/nube plateado. Y eso vale la pena. Ahora, si el tipo me cura, es el milagro patonés Nº2 y valdría mucho más la pena. En fin: Patton es Dios. La fiscalía descansa su caso.


Comentario: Gabriela Botello, para OXIDO.- 

8 comentarios:

  1. ¿"El siempre clásico `Viva Perón´"? ¿Podrías aclarár como es eso? Yo nunca fui a un recital donde la gente se ponga a gritar "Viva Perón"

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  2. De veritas que no? Nunca fuiste a un reci de Almafuerte! Jajaja, pero posta, suelo escucharla mucho. De ahí que sea un clásico. Serás el unico. Eso, o tengo un imán para peronistas, y esa es una hipótesis que no descarto aún.

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  3. Yo sin dudas no tengo un imán para peronistas, pero en casi todos los shows donde haya estado involucrado Don Ricardo, lo he escuchado... xDDD

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  4. De ahi habrá salido el sketch de Capusotto, del peronismo anticipando el rock nacional...

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  5. Genial. Una de las mejores reseñas que he leído por lejos. Brillante, (si bien Patton no es mi tipo de "Dios" a mi me cabe más un Lemmy).

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  6. La señorita Botello es genial, pero usted tampoco tiene mucho que envidiarle, querido amigo Alien... ;)

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  7. salga de ái! las cosas que dice.
    Adhiero también con lo del Viva Peron, una de las grandes frases de los recitales y una de mis favoritas a la hora de vociferar

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