viernes, 11 de octubre de 2013

BLACK SABBATH y MEGADETH en Estadio Unico de La Plata, 6 de octubre de 2013


Fue una noche que nunca vamos a olvidar. Por primera vez en Argentina, mas precisamente en el Estadio Unico de la Ciudad de La Plata, se presentaba Black Sabbath con tres cuartas partes de su formación original.
Uno de los pilares en los cuales se formó el Heavy Metal, y quizás la banda más influyente del estilo.
Formada en 1968 en Birmingham, por Tony Iommi (guitarra), Ozzy Osbourne (voz), Geezer Butler (bajo) y Bill Ward (batería), pisaban nuestro suelo estos padres del Metal; a excepción de Ward, quien debido a diferencias con Osbourne, no se sumó a esta gira, siendo reemplazado por Tommy Clufetos (quien pasó por las filas de Alice Cooper, Ted Nugent, Rob Zombie, John 5, Ozzy Osbourne) y hoy puede decir: ”Mamá, estoy tocando con los más grandes”.
Claro que muchos dirían que sin Ward no es el original Sabbath, pero este cronista evita entrar en ese juego. Y en cuanto a si Clufetos tiene el currículum como para reemplazar a Ward: nadie lo tiene, sea quien sea. Es como querer reemplazar a Ritchie Blackmore o a Jon Lord. Son irremplazables.
Aunque Clufetos no se achica ni agacha la cabeza, y es un baterista excelente, quizás uno de los mejores de la actualidad.

La velada comenzó con el número nacional que usa el nombre de Horcas, la cual no logré apreciar por lo que no realizaré comentarios.

Promediando las 20 hs. era el turno de los invitados. Y qué invitados! Nada más y nada menos que una institución del Thrash Metal: Megadeth, ya podríamos decir, amigos de la casa.
Formada en Los Ángeles, California, en 1983, ha tenido más de veinte miembros oficiales, siendo Dave Mustaine (voz y guitarra) el único miembro permanente. Junto con él: David Ellefson (bajo), Chris Broderick (guitarra) y Shawn Drover (batería), abrían la noche con “Hangar 18” (de Rust In Peace, del año 90). El Colo y los suyos empezaron recorriendo lo viejo, por decirlo de alguna manera. Seguirían con “Wake Up Dead” (de Peace Sells... But Who's Buying, fechado en 1986) y con “In My Darkest Hour” (de 1988, incluido en So Far, So Good...So What!). De un poco más acá en el tiempo, “She-Wolf” (1997, Cryptic Writings), y “Kingmaker” (de su ultima placa Super Collider).

El Thrash de Megadeth ya tiene sello propio, quizás por Mustaine y por los excelentes músicos de los cuales se rodea. Impecables, técnicos, precisos. Y en el caso de Drover, sobrehumano. No sé cómo una batería resiste a los golpes de ese muchacho. Dave, como siempre agradecido con uno de sus públicos más fieles.

“Tornado Of Souls”, el himno ”Symphony Of Destruction” con el infaltable “Megadeth, Megadeth, aguante Megadeth”, más “Peace Sells” y para cerrar “Holy Wars... The Punishment Due”.
Corta, pero efectiva, la performance de los californianos. Es de destacar el trabajo de iluminación y de escenografía. Sobre el tablado, una pantalla detrás, y dos proyecciones sobre ambos lados de la batería que reproducían fragmentos de clips, gráficos e imágenes, y sobre ellas se superponían las de los músicos sobre el escenario. Muy bueno el trabajo realizado.
También había dos pantallas en ambos costados del escenario.

Después del shock de Megadeth, no fue mucho el tiempo a esperar para que le llegue el turno a la leyenda.
Cerca de las 21.30 hs., y detrás de un telón negro semitransparente, aparecía lentamente este Black Sabbath versión 2013.

Osbourne, Iommi, Butler, Clufetos, y los acordes de “War Pigs” (del histórico Paranoid, de 1970) como para hacernos estremecer de entrada. Es que oír temas como éstos por quienes lo crearon, hayan pasado la cantidad de años que hayan pasado, es una emoción fuerte.

“Into The Void” (de Master Of Reality, 1971) sería el siguiente, para recordar al Sabbath más oscuro, al igual que con “Under the Sun/Every Day Comes and Goes” y “Snowblind” (títulos de Black Sabbath Vol. 4, de 1972).
Algo de la última placa (“13”), con “Age of Reason”.

Y ya a esta altura estábamos perdidos en este viaje. Viaje por las cuerdas de Iommi y de Butler, y por la voz de Osbourne, que por más que evidencie desgaste, se puso y pone a la altura de cualquier circunstancia, y sería imposible prescindir de ella para revivir este Sabbath.
Agazapado, detrás del micrófono, o caminando por las tablas, Ozzy interactúa muy bien con la gente.
Tony, con su característica sobriedad, es quizás el alma de Sabbath. Sin un gran virtuosismo, el cual no necesita, no le pesa (ni nunca le pesó) ser el guitarrista que inventó el Heavy Metal.
Geezer y su bajo, intactos.
  
Nos llevarían por el 70’, cuan vió la luz la placa Black Sabbath, con temas como Black Sabbath,  “Behind the Wall of Sleep” y, comenzando con un solo de bajo, “N.I.B.”. Uno pegado al otro.
 Algo más de “13” con “End of the Beginning”, para proseguir con “Fairies Wear Boots” y “Rat Salad” (ambos de Paranoid).
Como para descansar un poco, los originales de Sabbath dejarían a Clufetos y a su batería, para un solo descomunal.

Se vendría la última etapa del show con “Iron Man”, y creo que a más de uno se le caía un lagrimón. Porque más allá de los años, las idas y vueltas y las batallas legales, estos títulos permiten ver una esencia intacta.
“God is Dead?”, otro más del registro de este año. Hasta el momento, había un disco del que no se había tocado ni un tema y era de los grabados por el Sabbath original. El disco al que me refiero es Technical Ecstasy (de 1976). Del mencionado pudimos oír “Dirty Women”.
Y se anunciaba el final, y llegó “Children of the Grave”.
Para esta altura, ya las manos picaban, ardían de tantos aplausos.

Ozzy nos propuso volvernos “extra-extra locos” y harían un título más. Y ese fue “Paranoid”, quizás el tema más emblemático del Heavy Metal, peleando ese puesto con “Smoke on the Water”, de los maestros Deep Purple.
El trabajo en las pantallas fue, al igual que con Megadeth: excelente. Imágenes y proyecciones emparentadas con lo que las canciones dicen.

Gracias Ozzy, gracias Tony, gracias Geezer, por haber puesto una semilla de algo tan mágico; y que le pese a quien le pese, siempre tendrá vigencia y una fuerte identidad, y que se llama Heavy Metal.

MEGADETH SET LIST
Hangar 18 
Wake Up Dead  
In My Darkest Hour 
She-Wolf  
Sweating Bullets  
Kingmaker  
Tornado of Souls  
Symphony of Destruction  
Peace Sells 
Holy Wars... The Punishment Due

BLACK SABBATH SET LIST
War Pigs 
Into the Void 
Under the Sun/Every Day Comes and Goes 
Snowblind 
Age of Reason 
Black Sabbath 
Behind the Wall of Sleep  
N.I.B.  
End of the Beginning  
Fairies Wear Boots  
Rat Salad  
Tommy Clufetos  Solo
Iron Man 
God Is Dead? 
Dirty Women  
Children of the Grave
Bis:
Paranoid

Comentario: Iván Marchesani, para OXIDO.-

martes, 8 de octubre de 2013

ALICE IN CHAINS en Estadio Luna Park, 28 de septiembre de 2013


El pasado 28 de septiembre hizo su presentación por primera vez en Argentina la agrupación Alice In Chains. Los oriundos de Seattle, liderados por el guitarrista Jerry Cantrell, sin dudas son unas de las agrupaciones más importantes del rock de los años 90. Dueños de un particular -casi único- estilo, supieron cosechar fama y billetes a granel durante gran parte de esos años. Por aquel entonces los máximos exponentes de la agrupación fueron el hoy fallecido cantante Layne Staley y el eximio guitarrista Jerry Cantrell. Heroinómano y depresivo, Layne tenía la increíble capacidad de activar los cinco sentidos del oyente gracias a su agonizante timbre de voz. Este hermoso combo lo completa Cantrell, quien con su potente guitarra entremezcla melodías y disonancias que acercan la pieza musical a bellos himnos de agobio y desesperanza.

Luego de la edición del disco homónimo, la carrera de AIC se tornó intermitente en lo musical y ajetreada en todo lo demás. Con la muerte de Layne en el 2002, se cierra definitivamente una etapa, pero ¿se abriría una nueva? La duda empieza a diluirse con la edición del disco Black Gives Way to Blue en el año 2009. El LP fue bien recibido por la crítica y el público en general. Lo cual dio pie a nuevas giras, entrevistas, y más giras.

Hoy, luego de la edición de su sexto álbum de estudio, se reconfirma lo hecho anteriormente, con una formación totalmente establecida y aceitada.
Ahora nos disponemos a pasar revista del show.

Siendo poco más de las 21 hs. y ante un Luna Park prácticamente lleno, se apagan las luces sentenciando el inicio. La pieza elegida fue “Them Bones” de su disco más aclamado: “Dirt”; pegado llegó el mazazo “Dam That River” y el delirio del público. En estos primeros minutos dos cosas estaban claras: el sonido y la predisposición de la banda para con su público eran óptimas. Y así llegaron más temas, en este caso de sus últimos dos trabajos: “Hollow” y “Check My Brain”, mostrando que en vivo estas piezas son de alto contendido metálico. 

El cantante y guitarrista William DuVall ocupa un rol protagónico estelar, en especial por la primera de sus funciones. El caudal vocal del ex Madfly es sorprendente y emociona. Aún, con una voz distinta a la de Staley ha sabido acoplarse a la perfección con las melodías del gran Jerry. Por si fuera poco, el tipo toma posición en el centro del escenario teniendo la difícil tarea de arengar y contagiar al público. En todos los rubros el moreno obtuvo una altísima nota. Cantrell se limita a demostrar sobre las seis cuerdas y cantar, manteniendo un bajísimo perfil. De cualquier manera su sola imagen resulta hipnótica. Su status de leyenda lo ha transformado en un personaje imprescindible a la hora de entender el rock de las últimas dos décadas.

Hablamos de las voces, las letras y las melodías de guitarra, como las marcas características de AIC; sin embargo en el directo la banda suena más compacta y pesada, con sonidos graves que en ciertas ocasiones parece sonar varias octavas retrasadas. Esto se traduce en clima y ritmo, siendo el responsable de ello el comandante de las cuatro cuerdas, Michael Inez. Un tipo que dejó en claro el rol fundamental de un buen bajista en este tipo de música. Algo que en estos tiempos parece haber quedado en un tercer plano.

Los temas que completaron la lista fueron “Again”, “Man In The Box” (desatando una fiesta en todo el estadio; que quede claro: este tema no se canta, se grita), “Got Me Wrong”, los poderosos “Phantom Limb” y “Stone” de su última placa, y “No Excuses”. A partir de allí empieza una transición hacia las piezas más oscuras: “Jar Of Flies”, “It Ain't Like That”, “Facelist Nutshell”, y los sorpresivos “God Am” y “Junkhead”. Los bises fueron “Down In a Hole” y “Would?”, cerrando luego de hora y media cronometrada con “Rooster”. Quedando la sensación de que el show fue algo corto.

El sonido fue impecable de principio a fin, al igual que el desempeño de los músicos en el plano individual y colectivo.

Los estadounidenses mostraron porque fueron, son y serán una pieza clave en el rock de los 90, que al parecer se extiende hasta nuestros días. Pero lo más importante es que hoy, aún después de veinticinco años de su creación y tanto menos de la explosión del movimiento Grunge, encontramos a Alice In Chains una vez más, formando parte de la elite del Rock Mundial.

Comentario y fotografías: José María Aicardo, para OXIDO.-