jueves, 14 de abril de 2011

MOTORHEAD en Estadio Luna Park, 12/4/2011



Otro día de semana que se convierte en mágico... Otro día vulgar, común y corriente, que es tocado con la varita y florece. Un día para marcar en el calendario... Un día en el que -desde la mañana- estuvimos contando las horas, los minutos, los segundos.

Dicen que es la octava vez que Lemmy Kilmister pisa suelo argentino, pero pueden haber sido millones y siempre fue igual. Un desborde de pasión.

Y ésta vez no sería la excepción.

Otro día en la oficina para MOTORHEAD. Puede ser igual que cualquier otro, no hay variedad cuando tu trabajo es patear culos desde hace treinta años; solo que Lemmy nació para eso, y millones de fans de todo el mundo lustran sus traseros para que las míticas texanas sacudan sus respetables asentaderas.

Pleno otoño en el hemisferio sur, pero el termómetro no acusa recibo de la altura del año, y es un mal día para campera de cuero. Sin embargo, allí estamos en la esquina de Corrientes y Madero pugnando por el ingreso; son casi las 19 y hay mucho movimiento en los alrededores; aburridos oficinistas ceden lugar lentamente a miles de pelilargos vestidos de negro, que minuto a minuto van copando la parada.

Oportunamente cebados por el reciente documental de Lemmy, dónde se lo ve como lo que es: el mismísimo Rock 'n Roll encarnado; y por la salida reciente de su nuevo disco, "The Wörld is Yours", nos da un bonus de expectativa, aunque en el fondo uno ya sabe qué es lo que va a recibir: una furibunda paliza auditiva, lo que uno no sabe es por dónde van a venir los golpes.

Sorteando las vallas de prensa pudimos ingresar. Renacer y Coalission entretenían a la gente como podían; los primeros luchando con la acústica maldita del Palacio de los Deportes, los segundos con una audiencia cada vez más impaciente por ver al acto central. Igualmente ambos pusieron su granito de arena y se fueron aplaudidos.

Uno no espera concesiones cuando de MOTORHEAD se trata, por eso que hayan abierto con "Iron Fist" y pegadito "Stay Clean", nos daba la certeza de que todo iba a ser como imaginábamos. De más está decir que a partir de ese momento el Luna Park se convirtió en un caldero, un horno irrespirable para los que estábamos en el campo. El pogo cobró magnitudes impresionantes, ayudado sin duda por la avalancha de gente que estaba en la platea y que invadió literalmente nuestra zona. El recinto, colmado como pocas veces, se había convertido en una licuadora de cuerpos y era imposible parar las oleadas de metaleros enloquecidos; furor que no decreció ni siquiera con "Get Back in Line", de su nueva placa. Eran las 21:25 y ya no podíamos más, apenas habían pasado tres temas y ya era hora de retirarnos a terrenos no tan caóticos. Desición acertada, porque venía "Metropolis" y sus riffs cadenciosos envolvieron el lugar, un tema para corear tranquilos.

Desde la comodidad de su puesto en el centro del escenario, Lemmy aporreaba su instrumento con una tranquilidad apabullante, llena de oficio y precisión; Phil Campbell apareciendo entre machaques y solos, siempre sobrio; y Mikkey Dee -la figura detrás de los parches-, arengaba a las hordas mientras sonaba “Over the Top”, a un volumen tan insalubre como placentero.

Y yo creo que, promediando este comentario, huelgan las palabras. Si alguna vez viste a MOTORHEAD en vivo sabés que es una aplanadora: rock ‘n roll tocado a un volumen brutal, con clásicos inoxidables como “I Got Mine”, “Just ‘Cos You Got the Power” (una sorpresa), “The Chase is Better Than the Catch” (canción en la que tuvieron que sortear un breve corte eléctrico en el bajo de Lemmy) o “Going to Brazil” (flor de descontrol!).

Y el guión era previsible... “Kill by Death” y “Ace of Spades” daban el toque final, para rematar con “Overkill” y dejar lo que nos quedaba de pulmones.

22:30 hs.. Fin del día en la oficina de Lemmy, más de seis mil chicos vuelven destrozados pero felices a sus casas en Argentina, misión cumplida.

Pero no hay vuelta a casa para el Sr. Rock ‘n Roll, todavía quedan muchas fechas en Latinoamérica y son compromisos que hay que cumplir; como siempre hizo, como siempre hará. Está en su sangre, ésa es su vida. Un trago de Jack quizás le refresque el garguero. Quizás lo espere el hotel o un vuelo hacia vaya saber dónde. Así es su rutina y así es como quiere que sea. Otro concierto de MOTORHEAD pasó por Buenos Aires, y podemos afirmar que Lemmy ya no vive del rock, el Rock vive por él.

Una vez más, muchas gracias a Lucía Chiarenza, de 4G Producciones, por tanta gentileza!

Comentó: Alien, para OXIDO.-

4 comentarios:

  1. Muy intenso el show realmente. De todas formas me pareció algo corto, más si se tiene en cuenta el valor de las entradas. Arañó la hora y media.
    Por lo demás ninguna queja. Ellos son Motörhead, nacidos para perder, viven para ganar.

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  2. Será una cuestión de edad? Son gente bastante grande... Capaz eso influya en la duración del show...

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  3. siempre duran ese tiempo los shows de motorhead, preferible una hora y media al palo y no mas de 2 con ganas de que termine.. aguanten!!

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  4. y podemos afirmar que Lemmy ya no vive del rock, el Rock vive por él.


    meen gracias a dios por existir!!!

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