Y casi tres años después, pandemia mediante, volvimos a presenciar un evento internacional. La última vez había sido a fines de 2019; y ésta fecha que nos ocupa, la visita de SONS OF APOLLO, había sido anunciada por primera vez para abril de 2020. Postergaciones varias mediante, la noche definitiva quedó anunciada para el jueves 18 de agosto de 2022; y como teníamos entradas adquiridas desde más de dos años antes, allá fuimos. A sabiendas de que si los precios que estamos viendo para los recitales de bandas extranjeras se siguen manteniendo, difícilmente podamos concurrir a alguno más en estos tiempos que corren.
Problemas económicos dejados de lado, llegamos al Teatro Flores alrededor de las 20 horas, justo como para ingresar y asistir a la presentación de la única banda invitada, los ascendentes Fughu. Primera vez que los vemos en vivo, pero habiéndolos entrevistado hace años en nuestro espacio radial, sabíamos perfectamente de la buena fama ganada por estos representantes del rock progresivo argentino.
Originalmente formados a fines del siglo pasado (1998), Fughu acumula en la actualidad cuatro álbumes: "Absence" (2009), "Human (The Facts)" y "Human (The Tales)" (ambos de 2013) y el más reciente "Lost Connection" (2020). Un estricto sonido Progresivo caracteriza al quinteto, integrado hoy día por Ariel Bellizio en guitarra, Juan Manuel López en bajo, Marcelo Malmierca en teclados, Alejandro López en batería y Renzo Favaro en voces, éste último el integrante más nuevo de la banda, ingresado hace unos cinco años.
A lo largo de su presentación, que duró unos 45 minutos, la agrupación demostró alta capacidad en la ejecución, muy buen manejo del escenario por parte de Renzo Favaro, y canciones de muy buena factura. No es sencillo tocar Rock Progresivo, y menos en Argentina. Fughu ha tenido oportunidades de mostrar su arte fronteras afuera, cosechando muy buenas críticas. El público presente -que ingresó en aceptable número el momento en que Fughu tocaba- se manifestó cálidamente en apoyo a ellos.
Luego de una espera no tan extensa, a eso de las 21:15 hs. apareció la banda principal sobre el tablado, ante un Teatro Flores lleno de espectadores. La espera de casi tres años para ver a SONS OF APOLLO había llegado a su fin.
Siendo completamente sincero, quien escribe no es fan de SONS OF APOLLO ni de ninguna banda de su estilo. De hecho, ni los músicos excesivamente virtuosos ni los representantes del Rock / Metal Progresivo ocupan un lugar preponderante en nuestras preferencias musicales. Pero debemos reconocer que SONS OF APOLLO nos impactó de un modo que hacía rato ninguna banda lo lograba. No nos sorprendió, sabíamos de su indudable capacidad musical, pero sí nos golpeó en modo notable.Por momentos, se torna increíble y hasta casi sobrenatural lo que estos cuatro músicos (el cantante, Jeff Scott Soto es sin dudas el más terrenal y "creíble") desarrollan a lo largo de los trece temas que componen su set. Tanto alarde de virtuosismo, permanente y constante, dejan sin aliento al espectador. Pueden arrancarte espontáneamente sonrisas o alguna lágrima, según tu sensibilidad o como respondan tus emociones.
El ultra famoso y archi popular Mike Portnoy está a la cabeza de éstas celebridades. Tras los parches, el baterista comanda las acciones, desarrolla su magnificencia e interactúa con los presentes.
Su ladero ideal es el tecladista Derek Sherinian, quien va de menor a mayor según van pasando las canciones. Fue el que, más que sonrisas, nos arrancó una especie de carcajada de felicidad, rara en nosotros.Ron "Bumblefoot" Thal se encarga de las guitarras. Es decir, una, pero de doble mango. El ex violero de Guns 'N' Roses y de Asia soporta gran parte del sonido del quinteto, y se transforma en indiscutida referencia. Los lásers emitidos por su instrumento suman un colorido detalle que agrega magia a la performance.
El bajista fundador, Billy Sheehan, no estuvo presente en este tramo latinoamericano de la gira, y su lugar fue tomado -magistralmente!!- por el eximio bajista de Angra, el brasileño Felipe Andreoli, un músico al cual -honestamente- no teníamos tan visto y que nos pareció simplemente formidable. Un auténtico as, empuñando su bajo, también, de doble mango.
Finalmente, como dijimos, Jeff Scott Soto, el oriundo de Brooklyn, ex cantante de Yngwie Malmsteen y de Axel Rudi Pell, acostumbrado a trabajar con virtuosos, aporta lo suyo para completar el combo. La verdad que no nos parece un vocalista que esté a la altura de sus cuatro coequipers, pero Jeffrey canta bien y cumple bien su rol. Simpático, locuaz y bastante carismático, aporta también una fluída relación con el público.Dos álbumes de estudio componen la escueta discografía de SONS OF APOLLO: "Psychotic Symphony", de 2017; y "MMXX", obviamente de 2020. Y hay que sumar un live álbum triple, "Live with the Plovdiv Psychotic Symphony", registrado en Bulgaria en 2018 y editado en 2019. Igual, como dato anecdótico y sumamente obvio, SONS OF APOLLO es una banda que se disfruta infinitamente más en un show en vivo que en los discos.
El setlist desarrollado en la noche de Flores se compuso de las siguientes canciones: "Good bye Divinity", "Fall to Ascend", "Signs of the Time", "Wither to Black", "Alive", "Asphyxiation", "Lost in Oblivion", "Desolate July", "King of Delusion", "New World Today", "Fígaro's Whore", el solo de teclados, "Coming Home" y el épico y grandilocuente final con "God of the Sun".
El sonido fue potente e impactante con cada nota de cada instrumento golpeándote directamente al estómago; y un correcto juego de luces. El público se comportó de maravillas, visiblemente conmocionado por la tremenda pericia de los artistas; en su mayoría, se vió gente de treinta y pico para arriba como edad promedio entre los concurrentes.
Esta demorada presentación de los norteamericanos fue organizada por NWM Productions, quienes ante la ingobernabilidad de las suspensiones motivadas por la pandemia del Covid 19, siempre se mantuvieron atentos a las requisitorias de quienes habíamos adquirido localidades, tratando de mantener informado al público, en medio de varias sucesivas suspensiones que se fueron dando. Felicitaciones a dicha organización por su profesionalismo y por no haber cejado en su intento de traer este excelente espectáculo a nuestras tierras.
Comentario, fotos y videos: Javier Parente, para OXIDO.-
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