A esta altura Argentina se ha convertido en una
parada obligada de estos holandeses, ya que han venido en cada gira desde 2005.
Claro que en aquellos shows en el teatro ND/Ateneo, Epica era una banda
desconocida para la mayor parte del público metalero. Más que nada para muchos
era "la nueva banda de Mark Jansen", el ex guitarrista de After
Forever, una propuesta muy recomendable, lamentablemente hoy separados. Las cosas
se dieron de manera tal que hoy ya nadie considera a Epica la banda del ex
nadie, y son por derecho propio y a fuerza de grandiosos discos, una agrupación muy
popular, tal como lo mostró un Teatro Flores llenísimo.
Por cuestiones laborales no llegué a presenciar la
actuación del único acto soporte: los ascendentes Cinnamun Beloved. Ya habrá
otra oportunidad para apreciarlos, ya que últimamente vienen sonando mucho.
Unos minutos antes de las 21:00 se empezaron a
escuchar los sonidos introductorios de "Karma" (la intro del último
CD) para comenzar el concierto propiamente dicho con "Monopoly on
Truth", también de su último disco "Requiem for the Indifferent", donde dejan bien en claro que no son una banda de Metal Gótico como se los
suele caracterizar. La fuerza de las guitarras y los blast beats me resultan
ajenos a este subgénero, y la imagen de los músicos (todos) revoleando sus
cabelleras me recordaban más a Amon Amarth que a Lacrimosa, por ejemplo. La
respuesta del público fue obviamente la de acompañar a la banda cantando la
canción de apertura, pero recién terminaría de estallar con
"Sensorium", un tema de su primer CD. Y... sean los artistas que sean, ya se
sabe que los temas nuevos nunca ejercen el mismo efecto que un clásico. Está
claro que una vez que pase algo de tiempo las canciones que componen
"Requiem..." ya irán adquiriento ese status. Así se ve con temas como
"Storm the Sorrow" o la balada semiacústica "Delirium"
.
El concierto se desarrolló con normalidad, sin
altibajos, intercalando temas del útimo CD con los de sus cuatro anteriores
producciones sin obviar ninguna. Es que Epica aún no tiene -por suerte- en su discografía un disco abominable, ése que tanto músicos como fans reniegan
de él. Por otro lado tiene la ventaja (¿o desventaja?) de no tener tampoco un
clásico obligado, de ésos que sí o sí tienen que tocar, por lo que más allá de
gustos personales pueden tocar cualquier tema de cualquier álbum, y nadie podría
quejarse. Así suene "Cry for the Moon", "The Obsessive Devotion",
"Blank Infinity" o "Unleashed", serán festejados y coreados,
y pogueados por los presentes.
El sonido digamos que fue aceptable, con algunos
momentos con efecto "bola de ruido".
Más allá de esto pudimos apreciar correctamente la performance de los
músicos.
La cantante Simone Simons, centro de todas las
miradas, fue, junto con Mark Jansen y el tecladista Coen Janssen, la portavoz
del grupo, aunque a este último le tocara la tarea de dar el discurso
demagógico: "Venimos por ustedes, son los mejores, el mejor
público...". Por otro lado, viendo recitales de otros países, uno ve que
la reacción del público (con la banda que sea) dista de la efervescencia de los
argentinos... Habrá que creerles nomás. Como ejemplo de esto, el martes pasado
pude ver chicos que iban "nadando" sobre las cabezas del público
hasta la zona de la valla y cuando eran (gentilmente) retirados por la gente de
seguridad del Teatro, le iban tirando besos a Simone.
Un momento divertido se vivió a la hora de interpretar
el tema "Quietus". Simone dijo que iban a hacer un concurso, el cual
consistía en que aquel que más fuerte "headbangueara" tenía el derecho
de subir al escenario para hacer lo propio al compás de dicho tema. Ganó un
joven con remera de Cradle Of Filth, el cual fue recibido con un cálido "¡Hijo
de puta, hijo de puta!" por parte de todos. Claro que esto no lo
amedrentó y sacudió su cabeza ininterrumpidamente mientras duró el tema en
cuestión. Al final saludó a todos los miembros de la banda y se llevó un beso
de Simone. Con respecto a la vocalista, hay quien con sorna afirma que el éxito
de Epica se debe a ella, y sólo a ella y su belleza. Desde ya que esto no es
así. Por un lado se menosprecia al público metalero, que justamente no se
caracteriza por consumir sólo una cara bonita. Además el 50% del público
son chicas. Por otro lado se olvida el
trabajo compositivo e interpretativo del resto de los músicos, sobre todo el de
Mark Jansen, líder del combo y sobre quien cae la dirección musical del mismo; o el del tecladista Coen Janssen, quien se encarga de los arreglos
orquestales y también de disparar en vivo los ya clásicos samplers, a esta
altura una plaga en casi prácticamente todas las bandas, y tal parece que no
tiene vuelta atrás este tema. La pelirroja por su parte es una exquisita
cantante que le sienta bien al grupo, tanto en su faceta operística como cuando
canta con voz natural.
El último tema antes de los bises fue el extenso
"The Phantom Agony", del primer disco. Antes del mismo Simone
aprevechó para recordarnos que la agrupación ya tiene diez años de carrera, y
para finalizar el concierto eligieron otro tema bien largo: "Consign to
Oblivion", mi preferido del grupo y que hace tiempo que no hacían.
Para quienes como yo, ya vieron a la banda cinco veces, no hubo grandes sorpresas, aunque no me las esperaba tampoco. Solidez es la
palabra que mejor describe un concierto de Epica. Balance positivo para esta nueva visita, que
esperemos que no sea la última.
Excelente organización a cargo de la productora Volumen 4.
Excelente organización a cargo de la productora Volumen 4.
Karma (intro)
Monopoly On Truth
Sensorium
Unleashed
Martyr of The Free World
Serenade of Self
Destruction
Cry For The Moon
Storm The Sorrow
The Obsesive Devotion
Sancta Terra
Quietus
The Phantom Agony
Bises:
Delirium
Blank Infinity
Consign To OblivionComentario y fotos: Santiago Bennasar, para OXIDO.-
magia pura la reseña,felicitaciones!
ResponderEliminarMuchas gracias en nombre de nuestro cronista!
EliminarUn gran saludo.