Difícil tarea la de ser imparcial u objetivo, cuando se trata de comentar el espectáculo brindado por una de las artistas que más idolatra quien les escribe en todo el mundillo Metal, y musical en general (creo incluso que no es "una de las", sino "la"), pero cabe la idea de tratar...
Luego de haber tenido la inmensa satisfacción de conocerla en persona (tras llevar casi treinta años escuchándola y penando desesperadamente para conseguir todos sus discos originales), y de lograr charlar algunos preciosos minutos con Dorothy Pesch durante la noche previa, el lunes, sólo quedaba concurrir a la esquina de Federico Lacroze y Alvarez Thomas para disfrutar del evento. Y así lo hicimos, arribando al lugar a eso de las 20 hs..
Cuando entramos estaba tocando la tercer agrupación invitada, Dyozz. Previamente habían pasado por las tablas Demoledor y Dhak. Mentiría si les dijese que pude apreciar lo que Dyozz estaba interpretando (una versión del clásico "Mr. Crowley") dado que nos dedicamos por varios minutos a saludar a todos los personajes de la movida que nos íbamos encontrando, y para cuando finalizamos dicho menester, Dyozz había concluído su performance.
Detrás de ellos siguió la última formación invitada de la noche, los experimentados Lorihen, quienes nos dieron la plena impresión de estar allí tan sólo para cumplir. Cosa que hicieron, porque son una buena banda formada por interesantes músicos. Sólo que quizás la próxima vez deberían cuidar un poco más su vestuario y su puesta en escena al subir a las tablas. O dejarles su lugar a otros intérpretes que tengan más ganas de estar allí arriba.
Tras una espera de aproximadamente media hora, alrededor de las 21:45, y ante unos setecientos metaleros verdaderamente eufóricos y entusiasmados, Fabián de la Torre, responsable del histórico Metálica Fanzine, se dió el gusto de presentar -a pedido de la misma, según contó- a la única, verdadera e inimitable Reina del Metal, la señora Dorothy Pesch, conocida mundialmente como DORO.
Una suerte de bellísimas emociones interiores se manifestaron en quien les escribe, al ver nuevamente sobre un escenario porteño (la primera había sido en el año 2006, en dos shows seguidos junto a Stratovarius) a la Primera Dama del Heavy Metal mundial, a aquélla maravillosa artista que nos encantara desde aquéllos ochenteros álbumes de Warlock, a la vez que plantaba su estandarte en grandes festivales europeos como el de Castle Donington, donde le cupo el honor de ser la primera mujer en subir a lo largo de su historia.
La fuerza, pasión, carisma, ovarios, y presencia que DORO impone en escena no puede menos que conmover, extasiar. A lo largo de dos horas de show, y ante una creciente enfervorización de la manada, fue descargando himno tras himno de su impecable carrera, pertenecientes a todas sus épocas: desde los primigenios y primordiales "Earthshacker Rock" (tema de apertura), "I Rule the Ruins", "Burning the Witches", "Hellbound", "True as Steel", "Fur Immer", "Metal Tango" (se lo pedimos nosotros la noche anterior, porque no lo tenía en su setlist!!), "Fight for Rock" o "All we are" (el más pogueado de la noche) hasta los más recientes "The Night of the Warlock", "Haunted Heart", "We are the Metalheads" (terrible versión de Skyline) o "Fight" (título de cierre); pasando por el muy logrado e insistentemente pedido "Breaking the Law", inoxidable clásico de Judas Priest.
De más está decir que la reacción de los presentes (insuficientes en número a nuestro entender; semejante gloria del Metal merecía mucha más gente) fue in crescendo, hasta el punto de emocionar repetidamente a la inmensa Dorothy, ante tamaña demostración de amor incondicional.
Sus músicos cumplieron destacadísimos roles (todo el mundo sabe que son una maciza formación en acción), especialmente el batero Johnny Dee y el bajista Nick Mitchell, quienes son los que más tiempo han permanecido detrás de la Reina, desde 1993 y 1990, respectivamente.
Y de la misma Dorothy, qué podemos decir? Su climática voz ronca y sensual se encuentra en un punto óptimo, no acusando en lo más mínimo el paso de los años. Mientras que su natural simpatía y comunicación con sus fans inundó El Teatro Colegiales en todo momento, logrando una afinidad y un feedback inusual entre músicos y público.
El sonido y la puesta en escena fueron muy correctos, al igual que las luces. Sobre el telón de fondo se podía ver una bandera que cubría todo el mismo, con el logo de la banda y la imagen de la portada del "Warrior Soul", su penúltimo álbum de estudio.
Sintetizando: una de las dos o tres noches -artísticamente hablando- más inolvidables en la vida de este humilde fan que aquí les intenta relatar los hechos: Conocimos en persona a DORO, charlamos con ella, la vimos nuevamente en acción, nos encantamos con su poder escénico y sus mágicamente metalizadas melodías, con sus inmortales canciones... Imposible esperar algo más, cuando no hay nada más que pedir...
Tan sólo dejarles una simplísima frase que encierra tanta pasión como la que DORO nos regaló en la noche de Colegiales...: Larga vida a la REINA!!!
Muchas gracias a Carlos Zárate y a Marcela Scorca de la productora Icarus, por sus permanentes muestras de buena voluntad para con nosotros!
Comentó: Javier Parente, para OXIDO.-
Fotos: Javier Parente.-
Luego de haber tenido la inmensa satisfacción de conocerla en persona (tras llevar casi treinta años escuchándola y penando desesperadamente para conseguir todos sus discos originales), y de lograr charlar algunos preciosos minutos con Dorothy Pesch durante la noche previa, el lunes, sólo quedaba concurrir a la esquina de Federico Lacroze y Alvarez Thomas para disfrutar del evento. Y así lo hicimos, arribando al lugar a eso de las 20 hs..
Cuando entramos estaba tocando la tercer agrupación invitada, Dyozz. Previamente habían pasado por las tablas Demoledor y Dhak. Mentiría si les dijese que pude apreciar lo que Dyozz estaba interpretando (una versión del clásico "Mr. Crowley") dado que nos dedicamos por varios minutos a saludar a todos los personajes de la movida que nos íbamos encontrando, y para cuando finalizamos dicho menester, Dyozz había concluído su performance.
Detrás de ellos siguió la última formación invitada de la noche, los experimentados Lorihen, quienes nos dieron la plena impresión de estar allí tan sólo para cumplir. Cosa que hicieron, porque son una buena banda formada por interesantes músicos. Sólo que quizás la próxima vez deberían cuidar un poco más su vestuario y su puesta en escena al subir a las tablas. O dejarles su lugar a otros intérpretes que tengan más ganas de estar allí arriba.
Tras una espera de aproximadamente media hora, alrededor de las 21:45, y ante unos setecientos metaleros verdaderamente eufóricos y entusiasmados, Fabián de la Torre, responsable del histórico Metálica Fanzine, se dió el gusto de presentar -a pedido de la misma, según contó- a la única, verdadera e inimitable Reina del Metal, la señora Dorothy Pesch, conocida mundialmente como DORO.
Una suerte de bellísimas emociones interiores se manifestaron en quien les escribe, al ver nuevamente sobre un escenario porteño (la primera había sido en el año 2006, en dos shows seguidos junto a Stratovarius) a la Primera Dama del Heavy Metal mundial, a aquélla maravillosa artista que nos encantara desde aquéllos ochenteros álbumes de Warlock, a la vez que plantaba su estandarte en grandes festivales europeos como el de Castle Donington, donde le cupo el honor de ser la primera mujer en subir a lo largo de su historia.
La fuerza, pasión, carisma, ovarios, y presencia que DORO impone en escena no puede menos que conmover, extasiar. A lo largo de dos horas de show, y ante una creciente enfervorización de la manada, fue descargando himno tras himno de su impecable carrera, pertenecientes a todas sus épocas: desde los primigenios y primordiales "Earthshacker Rock" (tema de apertura), "I Rule the Ruins", "Burning the Witches", "Hellbound", "True as Steel", "Fur Immer", "Metal Tango" (se lo pedimos nosotros la noche anterior, porque no lo tenía en su setlist!!), "Fight for Rock" o "All we are" (el más pogueado de la noche) hasta los más recientes "The Night of the Warlock", "Haunted Heart", "We are the Metalheads" (terrible versión de Skyline) o "Fight" (título de cierre); pasando por el muy logrado e insistentemente pedido "Breaking the Law", inoxidable clásico de Judas Priest.
De más está decir que la reacción de los presentes (insuficientes en número a nuestro entender; semejante gloria del Metal merecía mucha más gente) fue in crescendo, hasta el punto de emocionar repetidamente a la inmensa Dorothy, ante tamaña demostración de amor incondicional.
Sus músicos cumplieron destacadísimos roles (todo el mundo sabe que son una maciza formación en acción), especialmente el batero Johnny Dee y el bajista Nick Mitchell, quienes son los que más tiempo han permanecido detrás de la Reina, desde 1993 y 1990, respectivamente.
Y de la misma Dorothy, qué podemos decir? Su climática voz ronca y sensual se encuentra en un punto óptimo, no acusando en lo más mínimo el paso de los años. Mientras que su natural simpatía y comunicación con sus fans inundó El Teatro Colegiales en todo momento, logrando una afinidad y un feedback inusual entre músicos y público.
El sonido y la puesta en escena fueron muy correctos, al igual que las luces. Sobre el telón de fondo se podía ver una bandera que cubría todo el mismo, con el logo de la banda y la imagen de la portada del "Warrior Soul", su penúltimo álbum de estudio.
Sintetizando: una de las dos o tres noches -artísticamente hablando- más inolvidables en la vida de este humilde fan que aquí les intenta relatar los hechos: Conocimos en persona a DORO, charlamos con ella, la vimos nuevamente en acción, nos encantamos con su poder escénico y sus mágicamente metalizadas melodías, con sus inmortales canciones... Imposible esperar algo más, cuando no hay nada más que pedir...
Tan sólo dejarles una simplísima frase que encierra tanta pasión como la que DORO nos regaló en la noche de Colegiales...: Larga vida a la REINA!!!
Muchas gracias a Carlos Zárate y a Marcela Scorca de la productora Icarus, por sus permanentes muestras de buena voluntad para con nosotros!
Comentó: Javier Parente, para OXIDO.-
Fotos: Javier Parente.-